Archivos para septiembre, 2013

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A la hora de las brujas y en Intereconomía TV. Tardío horario y modesto canal alejado de presupuestos y recursos galácticos para su realización. Dos hándicaps que no han bastado para evitar que Punto Pelota se convierta noche tras noche en líderes en conversaciones sociales y consiga un notable y meritorio share que ronda entre el 3 y el 5%.

He de reconocer que, a pesar de que lleva en antena ya más de 5 años, ha sido éste último en el que me he enganchado a este programa. Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen. ¿Y qué es lo que más me apasiona de él?

No, no voy a hablar de la calidad de su plantilla, ya sean titulares o suplentes. No seré yo quien os descubra la maestría de Josep Pedrerol a la hora de dirigir a este fabuloso equipo que cuenta en sus filas con profesionales de la talla de Siro López, Carme Barceló, Guti, Alfredo Duro, Quim Domenech, El Loco Gatti, Tomás Roncero, José Luis Carazo, Los dos Luques (Albert y José Antonio), Pipi Estrada, Manolete, Ramos Marcos, Irene Junquera, Juanfe, Nacho Peña, el Arquitecto, y tantos y tantos otros (pido disculpas anticipadas por no incluirlos pero me es imposible recordar todos de memoria).

Además de la ya mencionada calidad de los colaboradores, es grato por fin encontrar un programa en el que se deja de lado el «buenismo» y el lenguaje políticamente correcto, tan manido ya, y se dicen las cosas que se piensan, a la cara, y con más o menos razón, discuten y argumentan vehementemente su postura. Así es como se discute en los bares. Así es como los grupos de amigos enfrentamos nuestras posturas. Y podemos estar en extremos opuestos, pero no por ello dejamos de serlo. Eso es naturalidad y un fiel reflejo de lo que ocurre en la vida real.

Pero hay algo más. Para mí, lo más importante. Lo que les hace aún más cercanos. Y estoy completamente convencido de que sin este factor, Punto Pelota perdería gran parte de su esencia. Me refiero a su exquisita imperfección. No hay programa en el que no se vea a la maquilladora retocando a alguno de los componentes, que el efecto de sonido entre tarde, que pueda fallar la conexión con François Gallardo (otro crack, por cierto). Y ¿qué ocurre cuando estos problemas aparecen? No se tapan. Tiene mucha similitud con el Social Media. Si te equivocas, no borres el post. Convive con el error, ríete de ti mismo, pero no trates de ocultarlo.

No quiero que se me interprete esto como una «apología de las cosas mal hechas». No. Los errores sirven para mejorar, avanzar y evolucionar. Y ese fin nunca ha de ser abandonado. Pero sí es loable la transparencia, la admisión de responsabilidad del mismo, el humor con el que lo afrontas. Una noche me quedé hasta el final del programa esperando poder escuchar a François Gallardo, cuya intervención había sido aplazada por un problema técnico. Al final, no pudo ser. Son cosas que puede ocurrir, como en cualquier sitio, pero no tengo la más mínima duda que ninguno de los espectadores de aquel día sintiera frustración. Es más, probablemente los más afectados con toda seguridad fueron los propios responsables del programa, al no poder dar a su audiencia un contenido en exclusiva, con música de intriga y su rótulo correspondiente.

Efectivamente, como decís, somos una gran familia, y os queremos como sois. Y a la gente que se quiere, se la quiere como es, no se pretende cambiarla. Os queremos con vuestra profesionalidad y con vuestros errores. Nos sentimos más identificados con las personas que se pueden equivocar que con la utópica y aburrida perfección.

Por todo ello, gracias.